Mientras algunos se dan tiempo para servir el té, otros se
dedican a trabajar por sus sueños, ya nadie se interesa por algo perenne.
Quisiera entender si lo que nos falta es una motivación, todo está en nuestro cerebro,
incluso, la motivación; entonces nos faltará cerebro, o mejor dicho sabremos
emplear correctamente nuestro cerebro.
Escucho a mis compañeros preguntarse por qué algunos logran
sus metas y otros no, otros manifiestan que la vida no es justa con ellos, que
en el mundo no existe justicia divina. Sin embargo, el gran impedimento de una
motivación es porque nos hemos dedicado a vivir en la pereza, es ella quien nos
lleva al fracaso porque nunca intentamos nada, simplemente no cambiamos de actitud. Hoy en día los
jóvenes se entusiasman por ser líderes, pero solo viven del figuretismo, ya
nadie hace las cosas sin esperar nada a cambio. Por ejemplo, si alguien
escribe, está pendiente de atraer a más y más gente, no tanto por la pasión que
le produzca escribir o por la ansiada libertad de expresión, sino porque busca
un reconocimiento propio, ya nadie ayuda porque espera ser un líder íntegro, ahora los
líderes solo buscan que los alaben; ellos, esperan lograr ser un ejemplo ficticio en una
sociedad dónde cada día la cultura se va deteriorando pues es ahí donde
fácilmente se puede engañar al lector. A veces la gente se admira un escrito y aplaude al autor, hasta lo
publica en sus redes sociales o lo comparte con todos sus contactos sin saber
si es suyo o no, a este paso, sencillamente jamás cambiaremos, somos la
repetición de alguien que se atrevió a publicar lo que leyó en un libro o
artículo. Sí señores, gracias a la
ignorancia logramos que el mundo no sea más que un teléfono malogrado. ¡Basta
ya de corrupción, de copia, seamos dueños de nuestros pensamientos, empecemos a
creer en nosotros mismos, que no nos importe la opinión de los demás, tengamos
voz y voto, en realidad desde lo más pequeño comienza el verdadero ejercicio de
la estima personal, no necesitamos la aprobación de nadie para ser únicos, solo
necesitamos ser el resultado de nuestra felicidad, no todos somos iguales.
En Perú estamos a puertas de las elecciones
distritales, provinciales y regionales, el párrafo anterior nos muestra que muchas veces también somos corruptos desde
lo más pequeño porque nos encontramos en un debate interno de la mejora para
nuestra respectiva localidad; no obstante, no realizamos un análisis coherente
de la trayectoria, hoja de vida y propuestas de los candidatos, muchas veces,
decimos por qué nos engañaron, por qué nos prometieron el cambio y siempre es
lo mismo, es lamentable sentir en el fondo que los únicos responsables somos nosotros,
ya que no nos preparamos para votar con fundamento; ni siquiera sabemos cómo se
encuentra económicamente nuestra ciudad. Hasta para las opiniones somos repitientes. Los seres
humanos hoy se venden por un sol y hace que ese sol sea el más grande
impedimento de una estima sana, libre de culpas y de las voces ajenas. La historia no lo escriben los cobardes sino los que toman la iniciativa del cambio personal, no nos enfoquemos en cambiar masas, cuando aún estamos en el aprendizaje de nuestra satisfacción humana. Hagamos conciencia de una perspectiva realista, humanitaria y constructiva, no triunfan los que se acomodan a una situación por beneficios económicos , triunfan los que acomodan la situación a la unión e integración de un mundo feliz; por ende integrarnos al logro de una sociedad distinta depende de cada uno de nosotros.
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